Sequía sólo amenaza a Región de Coquimbo por falta de lluvias y reservas de glaciares y hielo

Rodrigo Fuster, director de Investigación de la Universidad de Chile y especialista en recursos hídricos, asegura que las precipitaciones normales de este invierno, “después de 14 años de sequía, sin duda que son un alivio, pero no resuelven el problema”. Por otra parte, Ayón García, investigador del Centro Avanzado para Tecnologías del Agua (CAPTA), agrega que la situación más compleja es la que vive la Región de Coquimbo, porque no hubo muchas precipitaciones este año y “no tienen reservas mayores como glaciares y otras reservas de hielo”. Fuente: El Desconcierto, 28 de septiembre de 2023.

El último informe de la Dirección General de Aguas detalla que actualmente hay almacenados en el país 6.619 millones de m3 de agua, mientras que en la misma fecha del año pasado era de 5.005 millones de m3. De esta forma, el volumen almacenado tras las intensas lluvias de este invierno, supera a lo que había en septiembre de 2022, pero aún es bajo respecto al índice histórico.

El director de Investigación de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile e investigador del Centro Avanzado Para Tecnologías del Agua (CAPTA), Rodrigo Fuster, explica que el agua caída durante estos últimos tres meses ha ayudado a mejorar la situación de sequía histórica que el país vive desde hace más de una década. “Es innegable que después de 14 años consecutivos de precipitaciones por debajo de lo normal, que es lo que entendemos como sequía, este año ya está, en parte de Chile, en condiciones de normalidad”.

Sin embargo, el también académico del Departamento de Ciencias Ambientales y Recursos Naturales Renovables de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Casa de Bello advierte que “se mantiene una situación muy crítica todavía en la Región de Coquimbo hacia el norte”.

“En el resto de Chile, de la Región de Valparaíso al sur, ya estamos en un equilibrio. Hay lugares en los que todavía estamos por debajo de lo normal, en algunas otras estaciones meteorológicas estamos un poquito por sobre lo normal, por lo cual, lo que estamos viviendo este año que parece tanta agua, es más bien una cantidad de agua esperable para un año climáticamente normal”, asegura Fuster, añadiendo que “un año normal después de 14 años de sequía sin duda que es un alivio, pero no resuelve el problema”.

Por otra parte, el académico aclara que hay dos tipos de embalses, los que se usan para riego y los que se usan para riego y energía. En el primer caso, los embalses que se ubican desde la Región Metropolitana al sur se encuentran casi llenos o sobre el 70%, porque su uso es principalmente en verano. En el caso de los embalses que tienen doble propósito, como el de la Laguna de La Laja, están con porcentajes de almacenamiento del orden del 30%.

Situación crítica en el norte del país

El norte, en cambio, continúa con déficit de reservas hídricas y la zona más afectada es la Región de Coquimbo, donde, con siete embalses, el volumen actual de agua es menor al 20%. El investigador de CAPTA, Ayón García, explica que “en la Región de Coquimbo se aglomeran las cuencas que están más complicadas. En Copiapó hay una sobrexplotación porque hay muchos derechos de agua, pero en la Región de Coquimbo la demanda es bien amplia, hay muchos agricultores. Sería una de las zonas que está más complicada porque además no tienen reservas mayores, como glaciares y otras reservas de hielo”.

El también académico de la Universidad de Atacama asegura que en el caso de Copiapó “hay glaciares que son bien grandes y también hay suelos congelados, como glaciares de roca u otras geoformas”. En la Región de Atacama, agrega, “este año estamos más cerca de la media que de un año muy seco porque el año pasado hubo precipitaciones en cordillera y había un cierto nivel de base. Si bien las precipitaciones fueron escasas, igual hay un poco de agua en los ríos, pero el problema se va a proyectar para el año que viene y para esta temporada de deshielos porque no hay nieve que se derrita”.

En este sentido, adelanta que “para el año que viene son las complicaciones mayores, porque si se volviera a repetir que hay muy pocas precipitaciones por otro año consecutivo, ahí sería más complicado”, añade Ayón García.

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