Se acaba el agua en la Región de Coquimbo: “Esto ya es una catástrofe humanitaria”

Con embalses que apenas llegan al 5% de su capacidad, el pronóstico es demoledor. Se acaba el agua. Se discuten medidas financieras, de recuperación productiva, de impermeabilización provisoria de canales y de construcción de pozos absolutos con potencial de agua almacenada. Fuente: El Mostrador, 3 de abril de 2024.

Una verdadera “catástrofe humanitaria” es lo que se vive en la Región de Coquimbo debido a la sequía que afecta a la zona, advirtió María Inés Figari, presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN), de la señalada región.

“La expectativa es que llueva, pero ya estamos resignándonos a no tener agua, por eso se buscan alternativas para la obtención de ella con la construcción de las desaladoras provinciales, desaladoras móviles, captación de nuevos pozos y otras propuestas que se evalúan. Los informes técnicos señalan que habrá escasa lluvia y además el cambio climático provoca estragos, por ejemplo, en los nogales, duraznos, damascos y cerezas, con retrasos en las floraciones o simplemente la inexistencia de ellas”, advierte.

“Todos los años esperamos el pronóstico de lluvias, pero lo cierto es que debemos asumir que habitamos en un territorio árido”, señaló en una reciente columna, por el Día Mundial del Agua, el gerente corporativo del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), Claudio Vásquez.

“Por esta razón, desde el CEAZA preferimos usar los términos ‘desertificación’, ‘hiperaridez’ o bien ‘aridización’ de la Región de Coquimbo, ya que el concepto sequía, debido a la magnitud, espacialidad y temporalidad que implica, no resulta adecuado como descripción de la condición de nuestra región”, aseguró.

Tomás Caballero indica que “se puede apreciar que la mayoría de los años Niña coinciden con déficit de precipitaciones, mientras que los años Niño siempre se encuentran por sobre el promedio histórico de precipitaciones en la región. Aun así, existen años donde la precipitación superó levemente el promedio coincidiendo con el fenómeno de la Niña, por ejemplo, los años 1967, 2008 y 2022. Por otra parte, existen años del Niño donde la precipitación apenas superó el promedio y presentó diferencias de hasta 100 mm respecto a los otros años del Niño, tales como 1982 y 2015, siendo este último uno de los Niños más intensos registrados”. Crédito: CEAZA

Crianceros sin agua

La situación es un desafío que bien conocen las autoridades municipales, como el alcalde de la comuna de Monte Patria, Cristian Herrera.

El pasado 7 de marzo se reunió con vecinos de la localidad de Campanario, quienes le expresaron su preocupación por la situación. Allí hay poca disponibilidad de agua, tanto para el consumo humano como el consumo para animales de ganadería, única fuente productiva de dichas familias.

En la ocasión, 20 representantes de diversas familias se reunieron en un caserío común para dialogar junto a las autoridades municipales sobre sus problemáticas.

“La crisis hídrica es compleja, ellos requieren apoyo con sus animalitos, hay vertientes que ya no tienen agua, y nos han solicitado llegar a otras familias con ayuda”, reconoció el jefe comunal en la ocasión.

La situación es tan grave que el alcalde incluso ha pedido expresamente a las autoridades regionales la ampliación de raciones de alimentos para todos los niños que asisten a escuelas públicas de la comuna.

“Ahora lo que venía era la cosecha de los cítricos, ya no va a haber cítricos, entonces, esto generará una cantidad de personas desempleadas desde mediados de marzo muy grande en la comuna y muchos de los estudiantes, lamentablemente, la única alimentación que van a poder recibir va a ser la que se va a dar en los establecimientos educacionales”, alertó.

Deysi Cortés Fuentes vive en el sector de Huatulame. Es presidenta de la Administradora de Agua Potable Rural (APR) y cuenta que “es terrible la situación”.

“Estamos con cuatro camiones aljibe al día. Tenemos horario (de agua) de 7 a 12 del día y de 17:00 horas hasta las 21:00 horas. No se ocupa el calefont, no se ocupa la lavadora, por la poca presión que hay. Además, para cocinar, lavar la loza, etcétera, se junta agua en un balde”.

El problema será en invierno.

“Soy una persona de la tercera edad con mi esposo, y ahí uno va a tener que calentar agua con un tachito nomás, pues no va a quedar otra”.

Los vecinos en la reunión con el alcalde de Monte Patria, Cristian Herrera.

Embalses críticos

Los datos que maneja la SAN son elocuentes: actualmente, la Región de Coquimbo tiene un 6% de capacidad embalsada, con un embalse Cogotí en Combarbalá con 0%; La Paloma, el más grande de Sudamérica, con 3% en Limarí; y en Elqui el embalse Puclaro en un 4%.

En Choapa, el embalse El Bato tiene 30.6% y Corrales, 45.2%, beneficiados con las lluvias del año pasado y los deshielos de una parte de la Región de Valparaíso que llegan a los ríos de esta provincia. En Elqui solo llovió una vez el año 2023 y la nieve no fue suficiente para dejar registros de agua.

“La disponibilidad de agua va a la baja y en algunos puntos la distribución solo es para consumo humano, pues para la agricultura ya no es posible entregar las cuotas correspondientes. Hay una baja de un 50% de la superficie cultivada y algunos agricultores comienzan a tener problemas económicos, con remates de campos o, simplemente, el agua no alcanza para cultivos”, advierte Figari.

“Tenemos cinco embalses en números rojos y no se observa un plan de mitigación para cuando se acabe el agua”, advierte.

Mal pronóstico

A esto se suma el mal pronóstico para los meses que vienen, según un análisis del CEAZA, un Centro Regional de Investigación Científica y Tecnológica, de la Región de Coquimbo.

En ese marco, los modelos climáticos indican que “el trimestre marzo/abril/mayo de 2024 sería mayormente seco para la época del año. Esto se traduce en que habría que esperar la transición hacia invierno para tener mayor posibilidad de eventos importantes de precipitación en la región”, según un reporte del CEAZA del pasado 13 de marzo.

“Estamos todavía muy lejos del invierno y aún nos encontramos en fase de El Niño. El fenómeno ENOS está en una fase de enfriamiento y los pronósticos están favoreciendo hacia un invierno en una fase La Niña, la que en general ha sido un factor desfavorable para las precipitaciones en el pasado”, explica Cristian Orrego, encargado del área de meteorología de CEAZA.

En este sentido, el informe del Centro Científico CEAZA notifica que las precipitaciones en la región se han registrado “bajo lo normal en promedio en los últimos 5 años. Esto ha provocado bajos caudales por quinto año consecutivo. La temporada actual presenta un 27% de los históricos en Elqui, 21% en Limarí y 41% en Choapa. Esta situación ha conllevado una constante disminución en los niveles de agua embalsados durante los últimos años”.

A eso se suma que, si bien 2023 fue un año lluvioso en comparación con años anteriores en el país, esto no se vivió en la Región de Coquimbo.

Tomás Caballero, meteorólogo del CEAZA, explica que “la Región de Coquimbo se podría considerar el límite norte de la zona central. Dado que la región es considerada una zona de transición entre climas áridos y húmedos y el clima está cambiando, la aridez del desierto de Atacama parece estar extendiendo su dominio hacia el sur, afectando en principio las provincias más cercanas a este”.

“El 2023 fue diferente debido a la llegada de menos sistemas frontales a la región, y los que lograron alcanzarla lo hicieron con baja intensidad. Esto tiene que ver con el caos y la aleatoriedad del sistema atmosférico, las trayectorias seguidas por los frentes no se comportaron como pasados años de El Niño”, indicó.

El trabajo del CEAZA ha sido fundamental para el diagnóstico de la situación.

Cultivos

La región se caracteriza por cultivos de uva de mesa de diversos tipos, cítricos como las mandarinas y limones, además de una variedad de hortalizas. En cuanto a la superficie nacional, la Región de Coquimbo tiene del total del país un 76% de producción de mandarinas y limones, 18% de uvas y 12% de hortalizas, con la papa, zanahoria y lechugas.

“El consumo de agua, depende (de varios factores). Por ejemplo, en los cítricos es durante todo año, sin embargo, hoy cuentan con las tecnologías para entregar los requerimientos haciendo un buen manejo del recurso hídrico en bajas cantidades, llegando incluso a 8 mil litros por hectárea. En el caso de la uva de mesa, la situación difiere, porque es un cultivo caduco, por lo tanto, el riego se concentra entre los meses de brotación hasta la cosecha entre 5 a 6 meses desde agosto o septiembre, dependiendo de la zona. En el caso de las hortalizas depende de los ciclos de cultivo, por ejemplo, la lechuga es de 3 meses de inicio a fin”, detalla Figari.

Al ser consultada sobre el impacto de la actual escasez de agua, Figari nombra bajas en las producciones de uvas y cítricos, baja en los calibres, y eso conlleva cierre de campos y una alta tasa de cesantía en las comunas rurales, lo que se ha enfrentado con entrega de estanques y revestimientos de canales con geomembranas.

Sin embargo, “en otros sectores ya no hay solución, porque se secaron los pozos”, señala.

Reclamos a las autoridades

La presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte (SAN) además señala que “hemos tocado todas las puertas, desde el Presidente de la República, y desde octubre del año pasado y aún esperamos respuestas, ya que se comprometió con alivios tributarios, detener remates y medidas de urgencia para los agricultores de la región, y al momento no ha llegado nada. Es más, para solicitar el cambio de punto de captación y tomar el agua en un pozo, el trámite se está demorando más de un año y en varios casos denegado por la forma, pasándose a llevar el decreto de escasez hídrica del MOP”.

“La Región de Coquimbo enfrenta una gran catástrofe provocada por la escasez hídrica, situación que se viene arrastrando en los últimos 15 años y se ha agravado en los últimos años y que ha afectado dramáticamente a pequeños, medianos y grandes agricultores, asimismo, a las miles de familias ligadas al mundo rural, cuyas necesidades productivas y vitales están siendo severamente amenazadas”, afirma.

Agrega que, por ejemplo, la agricultura del Limarí esta desahuciada con fecha de término para el 30 abril de 2024, afectando todos los rubros, como servicios, comercios, bancos, por nombrar algunos.

“Se lleva un 50% ya perdido en superficie y producciones, donde las quiebras siguen liderando a nivel país, con una región donde el desempleo no baja de los dos dígitos, especialmente Limarí, con un 12.2%. Los bajos niveles de dotación hídrica ponen en peligro los cultivos, dado que no se cumple con la demanda mínima básica de agua para su desarrollo”, remata.

Entre sus peticiones concretas se encuentran, entre otras, la agilización de construcción de dos plantas desaladoras multipropósito y reúso para las provincias de Elqui y Limarí; pozos de cabecera en canales según solicitud de cada organización; y condonación de contribuciones de bienes raíces por Zona de Catástrofe.

Figari además subraya que la comunidad tiene un rol fundamental en el cuidado del agua.

“Por eso como gremio agrícola iniciamos una campaña de cuidado del agua en verano para turistas. Además el rol de la comunidad rural es buscar nuevas alternativas de sobrevivencia, porque esto ya es una ‘catástrofe humanitaria’ por la falta de agua para animales y el consumo humano”, expresa.

Propuestas oficiales

El Gobierno, en tanto, ha trabajado en terreno para enfrentar la situación. El mes pasado, tras encabezar la inauguración de la Quinta Mesa de Trabajo en Sequía, que la Convención de Naciones Unidas para la Lucha contra la Desertificación (UNCCD) está desarrollando en la región, la subsecretaria de Agricultura, Ignacia Fernández, levantó una instancia multisectorial para evaluar medidas que enfrenten el crítico escenario de escasez hídrica presente en la región.

La instancia –donde también participaron la delegada presidencial regional (s) de Coquimbo, Marily Escobar, y otras autoridades– permitió recoger propuestas y antecedentes enfocados en las necesidades del sector silvoagropecuario en materia hídrica, principalmente en la provincia de Limarí, los cuales serán evaluados con carácter de urgencia por los ministerios de Agricultura, Economía, Obras Públicas y Trabajo. Medidas financieras, de recuperación productiva, de impermeabilización provisoria de canales y de construcción de pozos absolutos con potencial de agua almacenada, son algunas de las acciones que se espera concretar.

“La región en su conjunto y Limarí en particular, enfrentan una situación bien compleja de estrechez hídrica, de sequía prolongada en el tiempo, es por eso que nuestro Gobierno ya ha dado a conocer medidas importantes para abordar la situación en el mediano y largo plazo, fundamentalmente a través de una planta desaladora y una serie de acciones de distinta envergadura, pero creemos que todavía tenemos un desafío importante en el corto plazo para abordar la crisis social y productiva que surge de esta situación de escasez”, sostuvo en la ocasión la subsecretaria de Agricultura, Ignacia Fernández.

En esa línea, la autoridad señaló que “analizamos distintas propuestas que están sujetas a evaluación, lo fundamental es asegurar el consumo humano y, en segundo lugar, la mantención de una actividad tan importante como la agrícola, una fuente importante de empleo en la región que hoy se está viendo amenazada, y eso implica acciones de muy corto plazo, como alivios tributarios, soluciones de emergencia, pero también una preocupación mayor por la reconversión, los ajustes necesarios para que se mantenga la actividad y eso implica disponibilidad de agua”.

Por su parte, la delegada presidencial regional (s), Marily Escobar, se refirió a la importancia de articular acciones, para dar respuesta a las principales necesidades del sector.

“Para nosotros es fundamental poder trabajar de forma coordinada y especialmente con cada uno de los servicios que están en el territorio, recogiendo la información necesaria para ir actualizándola, porque los panoramas van cambiando”, dijo, detallando que “en este caso requerimos de algunas medidas que las necesitamos en el corto plazo y para eso estamos articulando toda la información necesaria, para que desde el nivel central se puedan tomar las determinaciones más urgentes para llegar con lo que está esperando la agricultura, principalmente en la provincia de Limarí, que es la más afectada por el recurso hídrico”, señaló.

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