Las precipitaciones han permitido recuperar niveles de lagos y embalses, y acumular nieve para el verano. Pero los expertos advierten que no es suficiente para revertir el impacto de más de una década de falta de Agua. Fuente: El Mercurio, 12 de septiembre de 2023.
Tras catorce años consecutivos de megasequía, con precipitaciones casi inexistentes o muy por debajo de lo habitual, este 2023 el panorama muestra ser diferente y alentador: a la fecha, diferentes zonas del país, como la Región Metropolitana, están cerca o ya presentan un superávit de lluvias.
Para los expertos esto representa el fin de la megasequía o, al menos, una interrupción temporal de este fenómeno, que comenzó en 2009. Y es una buena noticia, ya que se han logrado recuperar lagos, lagunas y embalses, algunos secos, lo que asegura disponibilidad de Agua para el mediano plazo.
Tras el sistema frontal que afectó a la zona central hasta ayer por la mañana, “nos encontramos con la agradable sorpresa de que Santiago presenta un superávit de 9% de Agua caída”, comenta René Garreaud, director del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2. Es decir, han caído 280 mm, más que los 255 mm que se esperan a la fecha y casi el equivalente al total anual (286 mm).
“Hay estaciones que muestran superávits de 13% o de hasta 30% o 40%, por ejemplo, en regiones más al sur. Estamos terminando este invierno cerca de valores anuales y ha sido un buen año en cuanto a precipitaciones, sobre todo entre la Región Metropolitana y La Araucanía”, agrega.
Además, considerando la nieve acumulada en la cordillera, “uno esperaría que no haya problemas de abastecimiento durante la temporada de deshielo a partir de la primavera y durante el verano”, precisa Garreaud. “Con eso se desvanece el fantasma de los racionamientos”.
A su juicio, estas cifras “interrumpen la megasequía” que nos ha acompañado por más de una década. “Pero no cambian radicalmente el efecto de 14 años de megasequía”, advierte.
Mirada con la que concuerda Raúl Cordero, climatólogo a cargo del Grupo de Investigación Antártica de la U. de Santiago. “Este año sería el fin de la megasequía, estadísticamente hablando. Es una buena noticia; sin embargo, su impacto continúa”.
“No hay que ilusionarse. Se necesitarían muchos años de superávit para cambiar la situación actual y es poco probable que eso ocurra”, precisa. “Es un alivio pasajero”.
Clima más seco
Los expertos plantean que las lluvias de esta temporada son consecuencia del fenómeno de El Niño, que suele traer precipitaciones a esta parte del planeta. De hecho, las predicciones apuntan a más lluvias para esta primavera. “Pero cuando remita (se estima que El Niño debería durar hasta 2024) es muy probable que la Sequía vuelva”, dice Cordero. “El clima al que estábamos acostumbrados en los años 80 desapareció”, enfatiza.
Catalina Medina, meteoróloga de la Oficina de Servicios Climáticos de la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), reconoce que “es importante y muy favorable lo que pasó este trimestre de invierno, que ha presentado los mayores superávits de lluvias en la zona centro y centro sur en muchos años”. No obstante, agrega, “es muy pronto para decir si hay un término de la megasequía”.
Hay que tener en cuenta, agrega Garreaud, que tanto por efecto del cambio climático como por la variabilidad natural “a largo plazo vamos hacia un clima más seco”.
De hecho, si bien las precipitaciones no han escaseado en la zona centro y sur, hacia el norte el panorama es radicalmente opuesto. “La Serena continúa con escasos 10 mm acumulados a la fecha, cuando el promedio es 80 mm. El déficit es grande”, dice Garreaud.
Y el panorama no debería cambiar considerando que para el trimestre de primavera la DMC prevé una condición seca entre Arica y el norte de Coquimbo.
Napas subterráneas
Aun cuando el Agua caída ha permitido recuperar niveles de lagunas y lagos —el caso de la laguna de Aculeo es un ejemplo, que tras secarse por completo en el verano de 2022 ha vuelto a tener Agua—, no ha sido suficiente para llevar a embalses a sus niveles normales. “Grandes reservorios, como el Maule y el Laja, aún están a un 30% de su capacidad”, agrega Garreaud.
La situación puede mejorar un poco considerando que el pronóstico estacional elaborado por la DMC augura para esta primavera precipitaciones normales y sobre lo normal, desde el sur de la Región de Coquimbo hacia latitudes más bajas, comenta Medina. “Salvo en el tramo entre Ñuble y La Araucanía, en donde se prevén condiciones normales o bajo lo normal”. No obstante, esto no debería afectar mayormente al total anual considerando el Agua caída hasta ahora.
Otro punto que está pendiente es qué sucederá con las napas subterráneas, comentan los especialistas. “Debido a la megasequía, se estaban explotando acuíferos. Con el superávit de lluvias es esperable que esos pozos no se agoten tan rápidamente”, dice Cordero.
De todas formas, Garreaud estima que esos recursos subterráneos no se han recuperado completamente con las lluvias de esta temporada. “Un año lluvioso no alcanza a compensar más de una década de Sequía. Es importante tener en cuenta esto para no abusar o malgastar el recurso Agua”, advierte.