En el Día Mundial de los Océanos, la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua, ALADYR, se suma al mensaje de la ONU de este año sobre su Revitalización y resalta que el reúso de agua es imprescindible para lograrlo. Fuente: Codexverde, 8 de junio de 2022.
La Organización Mundial de las Naciones Unidas (ONU) eligió este año la “Revitalización” como acción colectiva para el Día de los Océanos y desde la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua (ALADYR) aseguran que la primera medida de protección a los océanos pasa por intensificar reúso aguas residuales para dejar de verter contaminantes en las cuencas.
Esto, en el contexto de que una de las grandes amenazas a los ecosistemas marinos tiene que ver con las descargas de aguas residuales sin tratar que, según un estudio reciente, aportan 6.2 toneladas anuales de nitrógeno a las zonas costeras del mundo, lo que causa la proliferación tóxica de algas, eutrofización y zonas muertas.
A esto se suma que más de 8 toneladas de plástico van a parar al mar todos los años y que, de acuerdo a un estudio de la agencia científica nacional de Australia CSIRO, el lecho marino ya concentra más de 14 millones de toneladas de microplásticos, lo que supone 35 veces más de lo que se cree que flota en la superficie y podrían tener grandes consecuencias ambientales.
Según el Banco Mundial, América Latina trata menos del 30% de las aguas residuales que produce y añadieron que, en la mayoría de los casos, las plantas de tratamiento no remueven contaminantes capaces de alterar el sistema endocrino de la fauna acuática.
Destacaron que desde hace más de cinco años el Programa Mundial de la UNESCO para la Evaluación de los Recurso Hídricos, reconoce a las aguas residuales como un “recurso desaprovechado” incentivando a su revalorización mediante las tecnologías de tratamiento. Asimismo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente también apunta que la reutilización de los desechos, una vez tratados adecuadamente, podría ayudar a reducir la dependencia de fertilizantes agrícolas, abordar la seguridad del agua dulce y proporcionar fuentes de energía renovable.
Juan Miguel Pinto, presidente de ALADYR, declaró que el escenario ideal es aquel donde no se permite que agua llegue al mar, sino que esta, una vez usada, sea tratada para diversos fines como el industrial, agrícola o para la recarga de acuíferos y que, de esta manera, se reducen tanto el impacto sobre el océano como la extracción de las fuentes de agua dulce sobreexplotadas.
Detalló que la región cuenta con legislaciones, decretos y normativas en países como Chile, Perú, México y Colombia que permiten el aprovechamiento agrícola de las aguas residuales tratadas ciñéndose a las guías de las Organización Mundial de la Salud, pero que aún existen pocos casos de aplicación por falta de difusión del tema y convergencia de esfuerzos.