Un análisis del centro de estudios InfluenceMap revela que la industria petrolera lleva más de 50 años oponiéndose a la transición energética mediante estrategias de comunicación que promueven el escepticismo, la neutralidad política y la asequibilidad de los combustibles fósiles. Fuente: EFE Verde, 11 de julio de 2024.
De acuerdo con el laboratorio de ideas (‘think tank’), compañías y organizaciones del ámbito de los combustibles fósiles, entre las que citó al Instituto Americano del Petróleo (API, por sus siglas en inglés), FuelsEurope y Fuels Industry UK, llevan más de 50 años haciendo frente a otras alternativas energéticas con argumentos compartidos.
El estudio, que abarca el período de 1967 a 2023, desveló tres estrategias clave aplicadas por esta industria: escepticismo ante las soluciones, neutralidad política y asequibilidad y seguridad energética.
Distintas palabras, misma narrativa
A través del argumento escéptico, se disminuye el impacto y la viabilidad de la transición energética, mientras que el de neutralidad promueve una mínima intervención del Gobierno frente a la decisión individual del consumidor y el libre mercado.
Finalmente, la tercera argumentación plantea las alternativas a los combustibles fósiles como opciones caras, todo ello pese a que, como agregó la investigación, el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), dispone de estudios que se oponen a los razonamientos de la industria.
Un ejemplo del primer tipo de narrativas del sector petrolero citado por la investigación está presente en las declaraciones del API en 1967 ante la propuesta de la Ley de Calidad del Aire en Estados Unidos.
“En la industria petrolera estamos convencidos de que, para el momento en el que se pueda fabricar y comercializar un coche eléctrico práctico, este no tendrá ninguna ventaja significativa desde el punto de vista de la contaminación atmosférica”, señaló entonces la organización.
Más recientemente, en 2022, FuelsEurope reaccionó a la Directiva europea relativa a la eficiencia energética de los edificios, ante lo que señaló que la mayor parte de las construcciones en zonas rurales “no están conectadas a la red eléctrica ni a la de gas”.
“Es técnicamente inviable y no es rentable que los consumidores dependan únicamente de energía renovable producida ‘in situ’, como la energía solar”, añadió, de acuerdo con InfluenceMap.
Impacto en las emisiones
Durante esos años, según recogió el centro de estudios con base en cifras de Carbon Majors, las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a los miembros de estas asociaciones “crecieron significativamente”.
De hecho, entre 1950 y 2022, supusieron en torno a un 18 % de las emisiones mundiales acumuladas de dióxido de carbono de la industria, de acuerdo con el estudio.
Según el responsable del programa para la transición energética en InfluenceMap, Tom Holen, muchas de las petroleras justifican el aumento de las emisiones con el incremento de la demanda del consumidor, pero este estudio muestra que ellas favorecen esta estructura de mercado.
“Este uso continuado de narrativas engañosas seguramente ha retrasado la transición energética durante décadas y continúa suponiendo una grave amenaza para los avances en política climática”, aseguró.