Cuando una zona se inunda, el agua arrastra contaminantes químicos, basura, sedimentos, residuos mineros e incluso aguas servidas, que luego drenan hacia los ríos, lagos y zonas costeras, generando problemas ambientales y en el suministro de agua potable. Fuente: El Desconcierto, 15 de junio de 2024.
Cuando la lluvia genera inundaciones, el agua se acumula en superficies donde no suele estar, y arrastra consigo distintos tipos de contaminantes: desde basura de las ciudades hasta pesticidas de la agricultura o incluso desechos mineros.
Luego, todos esos contaminantes se escurren junto al agua hacia los cauces naturales, contaminando los ríos que se usan aguas abajo para riego y agua potable, y que desembocan en humedales costeros y en el mar, influyendo también en la actividad productiva de la costa. Así lo explica el investigador del centro Cigiden y subdirector del CEDEUS, Jorge Gironás.
Los impactos reales de esta contaminación no siempre se estudian, pero pueden ser un fenómeno significativo en el futuro cercano, considerando que el cambio climático aumenta la ocurrencia de lluvias extremas, que a su vez generan más riesgo de inundaciones.
Basura, metales y aguas servidas
Uno de los casos más ilustrativos de esta situación es el tapón de basura que se generó en el río Mapocho durante las inundaciones de junio de 2023, y que obligó a las autoridades locales a retirar casi 800 toneladas de basura del río. Sin embargo, los químicos y otros contaminantes transferidos de esa basura al agua corrieron por el río aguas abajo, y poco se sabe de sus consecuencias.
Quizás uno de los residuos más peligrosos sean los desechos mineros, y durante el frente de mal tiempo ocurrido el 13 de junio, en la localidad de Peñablanca las lluvias generaron un socavón en el muro de contención de un tranque de relaves mineros.
Los contaminantes fluyeron por las quebradas a solo 50 metros del pozo del Servicio Sanitario Rural (ex APR), por lo que los habitantes de la comunidad quedaron sin suministro de agua potable. El agua con relaves también escurrió hacia el río Ligua que llega al humedal y santuario salinas del pullally y a las dunas de Longotoma.
Otra situación que es más frecuente cada año es el rebalse del sistema de alcantarillado ante las lluvias, lo que hace que las aguas servidas corran por la superficie y las calles, generando un problema sanitario y escurriendo ese desecho sin tratar hacia los cuerpos de agua.
Se trata de una situación recurrente en Villarrica, donde las aguas servidas se mezclan con las aguas lluvias por desborde, y corren por la calle desembocando en el lago del mismo nombre, que es considerado el más contaminado del país.
El mayor arrastre de sedimentos por los ríos, o el desborde de ríos y su contaminación puede generar problemas en los sistemas de agua potable o incluso la llegada de agua turbia a los hogares, como suele ocurrir en la Región Metropolitana cuando llueve con la isoterma alta, por lo que cae lluvia arriba en la cordillera arrastrando más barro a los ríos.