El humo del cigarrillo no solo afecta a los seres humanos, sino que también puede tener graves consecuencias para nuestros fieles amigos peludos.
El humo del cigarrillo no solo afecta a los seres humanos, sino que también puede tener graves consecuencias para nuestros fieles amigos peludos. Al igual que los fumadores pasivos entre las personas, las mascotas que conviven con fumadores también están expuestas a los riesgos del tabaquismo pasivo.
Aunque nuestras mascotas no inhalen directamente el humo del tabaco, pueden enfrentar peligros igualmente significativos o incluso mayores que los propios fumadores. El humo de segunda mano, que es el que inhalan los animales, contiene sustancias que irritan sus pulmones, ojos y garganta. Esto puede dar lugar a cambios celulares que aumentan el riesgo de cáncer.
El humo exhalado por los fumadores también contiene toxinas peligrosas, como alquitrán, nicotina, cianuro, formaldehído, arsénico y amoníaco, entre otros. Estos productos químicos pueden provocar irritación y picazón en los ojos de nuestras mascotas, e incluso conjuntivitis.
Además, el humo de tercera mano, que son los residuos del tabaco que impregnan el ambiente, muebles y ropa después de haber apagado un cigarrillo, contiene más de 250 productos químicos tóxicos. Estas toxinas quedan impregnadas en el pelaje de nuestros animales y en todas las superficies de la casa.
Los perros que viven en hogares donde se fuma tienen mayor probabilidad de padecer bronquitis, asma y enfermedades cardiovasculares. Los perros con hocicos más largos, en particular, son más propensos a desarrollar cáncer de nariz y pulmón debido a que las sustancias cancerígenas se acumulan en la mucosa nasal con facilidad.
En el caso de los gatos, el riesgo de padecer tumores se multiplica por cinco, especialmente linfomas y cáncer de células escamosas en la boca. Las sustancias cancerígenas del humo del tabaco se adhieren al pelaje de los felinos, y al acicalarse, los gatos las ingieren, lo que puede tener graves consecuencias para su salud.
Las aves son aún más vulnerables al humo del tabaco debido a su sistema respiratorio sensible. Pueden desarrollar cáncer de pulmón o neumonía por la exposición al humo del tabaco, y su salud puede verse gravemente afectada en poco tiempo.
Además, la intoxicación por nicotina en los animales puede ocurrir si ingieren tabaco, beben agua contaminada por cigarrillos o consumen productos como parches o chicles para dejar de fumar. Los síntomas incluyen babeo, convulsiones, contracción de las pupilas, vómitos, diarreas y problemas cardíacos, entre otros.
Para proteger a nuestras mascotas del tabaquismo pasivo, lo más recomendable (además de dejar de fumar) es fumar en una zona reservada a la que nuestras mascotas no tengan acceso continuo. Cuidar de la salud de nuestros amigos peludos es fundamental para asegurarles una vida larga y saludable.
Fuente: Infobae.